miércoles, 19 de mayo de 2010

Su asesino le pidio la mano en directo

Svetlana participó en el programa El Diario de Patricia y allí se reencontró con su ex novio. Nadie le dijo que le vería de nuevo en el plató, aunque sí se le advirtió que “alguien” le daría un mensaje. Pocos días después apareció muerta, presuntamente a manos de ese ex novio, Rodrigo, que durante el programa le pidió casarse con ella, y con quien salió , amigablemente del programa.

El método que eligió El Diario de Patricia en este caso fue el mismo que en la mayoría de las visitas que reciben. Un invitado va al plató y allí se encuentra con la visita de alguien con quien se ha peleado, o de quien se ha distanciado, o que va a decir en público algo que ya sería muy desagradable que dijera en privado, o que simplemente, es muy privado para decir en público.

En ocasiones, la presentadora ofrece la posibilidad al invitado o invitada de abandonar el plató. En todo caso, el morbo es atrayente. Mientras una persona cuenta su “triste” historia, aparecen imágenes del invitado sopresa que, generalmente después de la publicidad, aparecerá en el plató para declarar su amor al invitado, pedirle perdón, acusarle de algo, o cualquier anormalidad. Y todo esto sin avisar a quien ha acudido al Diario de Patricia, o a cualquier otro programa similar.

La televisión, o más bien algunos de estos programas, parece ser para algunas personas la instancia máxima, en la que se depuran responsabilidades y se aclaran deudas pendientes, también sentimentales. Los hechos más íntimos se airean sin pudor, y sorprende que tantas personas se presten a ello. Muchas cosas sólo se deben solucionar en privado. ¿Habría reaccionado Svetlana de la misma forma si Rodrigo se hubiera presentado en su casa? ¿O si la hubiera llamado por teléfono? Pero fue a la tele, y Patricia la animó a escucharle.

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